La presentación, un momento crucial
Lo primero que hay que tener muy claro es que se trata de dos animales bastante distintos. Por eso, te recomendamos que para el primer encuentro lleves al perro atado, mientras que el gato tendrá que estar suelto para que pueda huir si así lo siente. Los gatos pueden agobiarse con facilidad y mostrarse agresivos, por eso debe sentir que tiene la libertad de escapar de la situación.
Por esta misma razón, te aconsejamos que no sujetes al gato ni lo cojas en brazos. Eso le estresará más y puede que te arañe. Asegúrate que el gato tiene las uñas cortas antes del encuentro, ya que si las cosas van mal le puede dejar una marca felina al perro en toda la jeta.
Lo importante en el primer encuentro es que ambos animales puedan olerse. Ese es el objetivo principal. Si cuando se acerquen y empiecen a olisquearse observas que están tranquilos, déjales que sigan. Pero si notas que alguno de los dos se muestra arisco, sepáralos antes de que sea demasiado tarde.
A la hora de comer, mejor separados
Este consejo está especialmente dirigido a aquellos animales que no se conocen demasiado. Es importante que cada uno tenga sus propios cuencos y que se le sirva la comida en habitaciones distintas. Así evitaremos posibles enfrentamientos.
Una vez los animales cojan confianza, no es estrictamente necesario que coman separados. Aun así, siempre es conveniente tener un ojo encima de ellos a la hora de la comida, ya que no se debe permitir que uno se coma la comida del otro. Esto podría desencadenar también un conflicto entre ellos.
Dobla la cantidad de juguetes
Si hay un animal nuevo en casa, es hora de comprar más juguetes por dos razones. La primera, es que reducirá los enfados por querer jugar con un juguete ya cogido. Decimos «reducirá», porque es posible que ocurra de todas maneras. Aun así, es aconsejable que el gato tenga juguetes que al perro prácticamente no le interesen, como las cañas con plumas o los rascadores, y viceversa.
La segunda razón por la que es importante comprarle a cada uno sus juguetes es que tienen necesidades distintas. Los juguetes para gatos están pensados para canalizar su instinto cazador, que es bastante fuerte. Mientras que, para los perros, los juguetes les hacen sentir seguros a través de la sensación de posesión. Por eso no es buena idea intentar quitarle un juguete de la boca a un perro.
Reforzar el buen comportamiento
Una vez hayan empezado a conocerse, es buena idea reforzar los comportamientos positivos con un refuerzo verbal y con golosinas. Un ejercicio muy útil para que aprendan a tolerarse es reunirlos y, cuando estén tranquilos, darles a ambos una golosina. Esta es una manera en la que los animales puede asociar el encuentro a algo positivo. Las golosinas deben darse a la vez, ya que no sería positivo que uno coma y el otro no, o uno lo haga antes que el otro.
Juntos, pero no revueltos
Si ya se han conocido y todo va bien, ¡enhorabuena! Pero eso no significa que se vaya a llevar bien cuando tú no estés. Lo mejor es que cuando te vayas de casa durante los primeros días, deja a cada uno en una habitación diferente. Ya que nada te asegura que no se vayan a enfrentar cuando estén solos. Puede pasar cualquier cosa y te puedes encontrar un desastre al volver a casa. Tomando esta medida preventiva evitas cualquier problema, y no le supondrá ningún trauma a ninguno.